Osteopatía

La osteopatía no se trata de una profesión paramédica, ni de una medicina alternativa. Se trata de una disciplina terapéutica y de un conjunto de conocimientos específicos basados en:

  • la anatomía y fisiología del cuerpo humano.
  • el conocimiento de cómo intervienen los diferentes tejidos en la producción de la enfermedad.
  • la aplicación de técnicas manuales de normalización de las funciones alteradas.

¿Para qué sirve?

La osteopatía infantil se encarga de impulsar de forma natural el correcto funcionamiento del organismo del bebé. A través de delicadas manipulaciones del cuerpo y cráneo, aliviaremos y liberaremos las tensiones y el estrés. Éste puede haber sido causado tanto por el parto como por una mala posición intrauterina.

A nivel preventivo, previene patologías auditivas, visuales, patologías de cadera y trastornos posturales, indispensables para un correcto desarrollo motor del niño.

¿Cuándo derivar mi bebé o niño al osteópata? 

 En general, es recomendable realizar revisiones de forma periódica.

Una atención temprana va a facilitar la resolución del problema y el éxito en el tratamiento del mismo, por lo que es importante hacer una valoración después del parto para ver que el desarrollo del bebé se está realizando de la forma adecuada.

Pero hay unos “signos de alarma» que nos ayudarán a saber si es el momento adecuado de derivar la fisioterapeuta/osteópata, esos signos de alarma son:

  • Cólicos o reflujo
  • Tiene dificultades para tragar o problemas de lactancia.
  • Tortícolis congénitas
  • Pie zambo, torsión tibial, escoliosis
  • Tiene problemas digestivos: estreñimiento, diarrea, vómitos, muchos gases (tripa hinchada y dura), etc.
  • Alteraciones del sueño
  • Irritabilidad, hiperactividad, falta de concentración, llanto excesivo
  • No lagrimea por un ojo (obstrucción del lacrimal)
  • No gira la cabeza hacia uno de los lados o tiene preferencia por girar la cabeza hacia uno de los lados, lacta de un solo pecho…
  • Si tiene zonas planas en el cráneo (plagiocefalia) o asimetrías faciales (ej. Un ojo más pequeño que el otro)
  • Si sufre estrabismo
  • Parto con fórceps, ventosas, etc
  • Tiene bronquitis u otitis frecuentemente